La exposición de los componentes de los equipos de aire acondicionado que se encuentran fuera del edificio o a la intemperie a condiciones climáticas adversas puede provocar desde fallas en el funcionamiento hasta su total descompostura.
Una de los principales daños que sufren estos equipos es el de la corrosión. La lluvia, el viento, las altas y bajas temperaturas suelen formar el entorno adecuado para que se produzca este problema, que puede aparecer en unos pocos meses de funcionamiento. Los lugares donde más se ven afectados estos equipos son las zonas costeras y de playas, por la salinidad del mar y la acción del viento, y las grandes ciudades industrializadas, por la contaminación del aire.
El recubrimiento para unidades externas, de aluminio o de otros materiales básicos es una de las opciones de las que disponemos actualmente. Estos revestimientos se pueden aplicar a cualquier equipo, o incluso a partes con intercambio de calor para evitar la pérdida de eficiencia energética.
Estos artículos proveen también mayor resistencia a la presión ejercida por las reacciones de oxidación y resistencia a los fuertes vientos. También proveen resistencia a los rayos UVA y UVB para aquellos equipos que están expuestos constantemente a la luz solar, retardando los efectos de la corrosión.
Otro sistema para prevenir la corrosión consiste en el mantenimiento preventivo. La limpieza y los controles periódicos ayudan a mitigar los efectos corrosivos sobre los dispositivos.
Los datos revelan que un condensador con suciedad en las bobinas consume un 30% más de energía que uno que funciona correctamente. Las baterías y tubos se pueden lavar con detergente neutro y agua a presión para extraer la suciedad de las aletas.
Los dispositivos externos requieren de un cuidado especial que deben ser realizados por empresas que posean personal calificado. Además, es siempre recomendable consultar al manual del producto para realizar las tareas de mantenimiento.
Los expertos recomiendan realizar una limpieza de los filtros cada 30 dias y un cambio de los mismos cada 90, para evitar desperfectos y prolongar la vida útil del dispositivo. Si no le podés dedicar el tiempo necesario para mantener tu equipo, podés evaluar la opción de un aire acondicionado portátil. Este modelo no tiene unidad exterior, por lo que te evitarías muchos problemas.
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