Ya se viene el verano en pocos días. Las temperaturas empiezan a subir, el calor empieza a sofocar. Ya vimos como amigarte con el control del aire acondicionado y como mantener a punto la pileta. Con el cambio de estación al caer, el cuerpo parece pedirnos un refrescante cambio en casa. Dar la bienvenida a una decoración de verano que llene de alegría y color nuestro hogar nos ayudará a cambiar de aires para recibir al calorcito de la mejor y más alegre de las formas.
No falla, y es que el cambio de temperatura y el aumento de las horas de sol y luz despiertan nuestras ganas de realizar cambios para dar la bienvenida a aires nuevos. Tras un frío invierno, apetece despojar la decoración de nuestra casa de todo atuendo innecesario para dar paso a una decoración de verano en la que reine la frescura, la ligereza y la viveza de colores. Digamos adiós a las mantas.
Sabemos que este color es sinónimo de sensaciones estivales al 100%. Se trata, pues, de apostar por el blanco en todos los espacios con aquellos complementos fáciles de aplicar, como pueden ser los textiles, ya sea en sábanas, cortinas, almohadones, alfombras, manteles, etc. Retira todos los accesorios oscuros, como las almohadas de terciopelo, las mantas de lana.
La presencia de colores claros como mayoritarios a la hora de llevar a cabo la decoración de verano de tu casa, debería resultar casi indispensable. Y es que proporcionan una sensación visualmente relajada, aireada y sumamente amplia y limpia. Además también fomentar la creación de una sensación de mayor amplitud ayudará a disuadir la creación de ambientes cargantes en esta calurosa época. Como ves, factores muy necesarios a la hora de desarrollar nuestra vida diaria al abrigo de temperaturas que pudiesen resultar algo incómodas.
En el otro extremo nos encontramos los colores, siempre llamativos, alegres… Una idea genial puede ser llenar una de tus paredes con cuadros de diferentes imágenes y dibujos que representen esta explosión cromática; y cuando llegue el invierno ya los sustituirás por otras instantáneas. Las tonalidades en blanco son y serán unas aliadas perfectas a la hora de llevar a cabo este tipo de decoraciones. Empléalas como base de tu decoración y aporta toques de vivos colores puntualmente para conseguir un ambiente original, fresco y de marcado carácter que diga mucho de ti.
Deshacete de tejidos pesados y opacos que no dejen pasar la luz a través de ellos. Los tejidos oscuros además atraen el calor y no es lo que queremos. Precisamos luz, no calor, y menos en estaciones en las que de eso nos sobra. Podrás seguir empleando alfombras para dar un toque cálido a tu casa, eso sí, olvídate de las de pelo largo. No son bienvenidas en verano. Mejor decántate por fibras naturales, lino, algodón… En definitiva apuesta por la incorporación de tejidos frescos y transpirables.
Que las plantas cobren vida. Las plantas por sí solas fomentan la frescura y naturalidad de cualquier estancia, pero si además ponemos de nuestra parte para que luzcan aún más vistosas y originales darán un toque tan alegre como estupendo a tu decoración de verano. Decorar macetas de forma original con la llegada del verano parece tener el doble de encanto y gracia que en el resto del año ¡no te quedes sin probarlo! Con las flores también. Por pequeño que sea el ramo, busca tus rincones más personales y haz que en ellos luzcan flores frescas. Es un accesorio decorativo de verano indispensable. Además, puedes hacer que el color combine con algún elemento de la estancia.
Como has podido ver, contar con una decoración de verano en casa puede ser más sencillo de lo que pueda parecer, y es que el sentido común y la necesidad de ambientes frescos y despejados tendrán mucho que decir. ¿Preparado para recibir al verano con la mejor y más alegre de las decoraciones?
