Los electrodomésticos de tu cocina suponen entre el 25% y el 35% del consumo eléctrico total de tu hogar. Por eso, contar con aparatos de una buena eficiencia energética es un factor clave para no pagar excesivamente el consumo de luz. Si no podés cambiar los viejos electrodomésticos, si está a tu alcance mantener la eficiencia de tus equipos. Además de mejorar su funcionamiento, tiene un impacto positivo en su vida útil. Desde Rapihogar te brindamos algunos consejos para que cuides tu frigorífico y la aproveches al 100%.
Una clave: descongelado y limpieza
Para mantener tu heladera en buen funcionamiento, realizar un uso responsable es fundamental. Por eso no debemos olvidarnos de la limpieza periódicamente. Algunos tips a tener en cuenta:
- Descongelar por completo tu frigorífico y limpiarlo. Esta actividad la debes realizar mínimamente una vez al año.
- El serpentín del condensador debe estar siempre limpio. Limpiar la parte trasera del frigorífico evitará que se acumule polvo y se obstaculice el intercambio térmico entre el exterior y el interior. Te recomendamos hacerlo cada dos meses.
- Limpiá periódicamente la bandeja de goteo y el orificio de drenaje. Tu equipo tiene dentro alimentos vivos, y por ello transpira. Esta humedad se condensa y se acumula en los rincones, lo que produce un deterioro con el tiempo, a la vez que malos olores y contaminación de tus alimentos.
Cómo lograr funcionamiento correcto
Sin embargo, la limpieza por sí sola no garantizará un funcionamiento adecuado de tu heladera. Debemos tener hábitos que no perjudiquen al aparato y le aseguren una larga vida útil. Para eso, te armamos una lista de los cuidados principales:
- Evita introducir alimentos calientes para que no sufra cambios bruscos de temperatura.
- Para que el el aire circule adecuadamente, coloca los alimentos de forma que no toquen las paredes de la nevera.
- Utiliza envases herméticos para que no quede impregnado con olores desagradables.
- No abras y cierres constantemente la nevera ya que se pierde el frío y consumes más energía.
- Revisa que las gomas estén en buen estado y que sellen bien. Si el plástico se corroe y ofrece puntos de escape, tu equipo no alcanzará la temperatura adecuada y por ende malgastará energía. Las temperaturas adecuadas para el frigorífico van entre 4 o 5º C, mientras que las óptimas para el congelador van entre -15 y -18ºC.
- Un truco que te ayudará a comprobar su desempeño es cerrar la puerta con un billete en medio y después tratar sacarlo. Si te cuesta mucho sacarlo es una buena señal de que el sistema de sellado está en buenas condiciones.
- Comprueba que el frigorífico esté nivelado apoyado sobre sus cuatro patas, esto garantiza un cierre automático y con la fuerza correcta.
Con estos consejos, podrás aprovechar tu heladera y despreocuparte por tener que renovarla periódicamente. Pero no te olvides de estar atento a algunas señales. Por ejemplo, si tu electrodoméstico está produciendo más hielo de lo normal, entonces considerá la visita de un técnico para realizar un diagnóstico. Una revisión de vez en cuando no estará de más y así podrás confiar en el funcionamiento de tu heladera.