Seguramente estás acostumbrado a que en tu hogar, salga agua caliente directamente del grifo. Eso es posible gracias a sistemas calentadores como el calefón y el termotanque. Cada uno tiene diferentes ventajas y desventajas que ya estuvimos evaluando, pero si te decidiste por el termotanque, te facilitamos algunos consejos para utilizarlo y prolongar su uso.
Los termotanques son calentadores por acumulación, es decir, que funcionan mediante el calentamiento de un volumen de agua contenido en su interior. Por eso, existen aparatos con distintas capacidades (en litros, según el uso) que mantienen un nivel de agua estable y a una temperatura indicada por el usuario. A medida que se va consumiendo el agua caliente, se va recargando con agua fría, por lo que el termostato activa el calentador nuevamente para subir la temperatura del nuevo volumen de agua hasta llegar a la temperatura seleccionada. Por su sistema de funcionamiento, resulta muy práctico que el agua caliente salga el grifo con sólo abrirlo, sin tener que esperar que tome temperatura o que la misma vaya variando según la demanda. Además funciona para cualquier caudal de agua, incluso los más pequeños.
En el mercado se pueden encontrar termotanques eléctricos, a gas o los más modernos y ecológicos que funcionan con energía solar. Este es un dato a tener en cuenta ya que hay un consumo de energía considerable para mantener el agua caliente de manera permanente y lista para ser utilizada. Un buen paliativo es elegir un modelo con alta eficiencia energética, que serán un poco más costosos pero nos ahorrarán gastos notoriamente en las facturas de consumo.
Una de las desventajas del termotanque frente al calefón es su corta durabilidad, por eso, hay que maximizar esfuerzos para alargar su vida útil. Es indispensable hacerle un mantenimiento cada cierto tiempo. Si bien son bastante más resistentes a las aguas pesadas que los calefones, los sedimentos que arrastra el agua se depositan en el fondo y perjudican su eficiencia. Por eso, se produce habitualmente la formación de sarro en el interior y se recomienda purgar el equipo al menos dos veces al año.
La calidad del agua corriente también impacta en la corrosión (o la ausencia de ella) en las paredes del termotanque. Es importante corroborar el estado del ánodo de magnesio, una pieza metálica que protege el desgaste el equipo y tiene un gran impacto en su vida útil. La frecuencia de la revisión va a depender de las condiciones del agua de red y puede ser de una vez cada año hasta tres años de por medio. Con estas tareas, el mantenimiento estará controlado.
Más allá de tener buenos hábitos de uso del termotanque, te recomendamos que realices las siguientes verificaciones de vez en cuando para asegurar su correcto y seguro funcionamiento:
Revisar periódicamente el funcionamiento del aparato frente a imprevistos tienen que ver con tu integridad y tranquilidad. Así, podrás estar seguro de que la respuesta será la correcta y no habrá pérdidas. Este es un punto clave ya que en el 70% de las intoxicaciones en los hogares son causados por calefones o termotanques. Habitualmente el monóxido generado por su función tiene salida al exterior, pero si esto no ocurre, estarás expuesto a un gran riesgo.
Para prevenir estos episodios es conveniente que estés atento a las señales y si notas anomalías debes contactar a un gasista profesional que pueda ayudarte. Es importante que el técnico esté capacitado y sea matriculado para garantizar un buen asesoramiento.